lunes, 9 de enero de 2012

UN CUENTO ACTUALIZADO

14 comentarios:

Lorena dijo...

Caperucita era una niña muy mala a quien su madre encargó llevarle comida a su abuelita, pero ella no quería ir y quedó con sus amigos en vez de llevarle la comida a su abuela y también unas medicinas que le eran necesarias porque estaba enferma.
Por el camino antes de llegar a donde estaban sus amigos se encontró con un lobo que le dijo que debía llevarle la cesta a su abuela que si no se iba a arrepentir toda su vida y que era importante ir a hacer el recado, pero como quería ir con sus amigos no lo hizo.
Al rato le llamó su madre y le dijo que estaba muy decepcionada con ella y que le llevara la cesta porque había empeorado su abuelita. En el trayecto se volvió a encontrar al lobo y le dijo que la próxima vez no pensara tanto en ella y pensara más en los demás, porque podían haber sido muy graves las consecuencias.
Cuando volvió a su casa su madre le dijo que no iba a volver a salir hasta que no entendiera que lo más importante no es salir con sus amigos a pasarlo bien, que hay que ser más responsable y cuidar más a las personas que te rodean y con las que convives porque estas son las que siempre estarán a tu lado aunque no estéis juntos.
Lorena Sánchez Nº19

Anónimo dijo...

Por fin eran las vacaciones de verano, y Caperucita se dirigía a casa de su tío, que vivía dos calles más abajo.
-Hija, llevate algo de abrigo- gritó su madre desde la cocina cuando casi iba a salir.
-Sí mamá-respondió Caperucita.
Salió de la casa y subió al ascensor, una vez abajo abrió la puerta y salió del edificio. Caminó un rato hasta que vio una floristería, se paró enfrente y pensó que sería un bonito detalle llevarle un ramo de flores a su tío. Así pues, entró en la tienda y le compró un ramo con diversos tipos de flores. Salió de la tienda y continuó su camino. Estaba absorta en sus pensamientos cuando oyó una voz.
-Perdona muchacha.
Caperucita se giró, era una mujer adulta no muy atractiva. Caperucita miró a ambos lados para asegurarse de que la llamaba a ella.
-Sí, tú…- respondió adivinando sus pensamientos.
Caperucita se acercó.
-Te llamas Caperucita, ¿no es así?
-Sí… ¿cómo lo sabe?
-Pues verás…soy amiga de tu…tío.
-Ah… nunca la había visto antes.
-Eso es porque no suelo venir a verle.
-Bueno muchachita, me podrías decir dónde vive tu tío, es que se me olvidó el papel donde lo tenía apuntado.
-Pues… claro, sigues recto y giras a la derecha en el segundo cruce. Es el portal cinco, 1ºB.
-Muchas gracias, yo mejor voy en coche-dijo mientras se marchaba-, adiós.
-Adiós-se despidió Caperucita mientras la veía montarse en un coche negro.
Caperucita continuó su camino, pero cuando ya casi había llegado, vio como la mujer con la que había estado hablando metía a su tío en el coche negro en contra de su voluntad. El coche arrancó, y entonces Caperucita vio un coche de policía, tiró el ramo de flores y se puso en medio de la carretera impidiéndole el paso a la policía. Sin importarle lo que dijo el policía, entró en el coche y le dijo que siguiera al coche negro y explicándole muy brevemente lo que había pasado. El policía hizo caso a la chica y siguió el coche, tras una larga persecución lograron parar el coche. La mujer fue a la cárcel y Caperucita y su tío volvieron a su rutina.
Y así Caperucita aprendió que no hay que fiarse de los desconocidos.
PATRICIA TUDELA CÁNOVAS 3ºB Nº21

paula dijo...

La cigarra y la hormiga
Ana era una chica que nunca dejaba de trabajar y pensar en el futuro, trabajaba mucho y cuando la pagaban ahorraba ese dinero por si lo necesitaba en el futuro, nunca gastaba el dinero más de lo necesario. Nerea sin embargo vivía la vida, nunca pensaba en el futuro, solo en el presente, su lema era carpe diem, era un vaga que nunca trabajaba, era todo lo opuesto a Ana. Durante todo el año iba a ver a su amiga Ana y a reírse y burlarse por trabajar cuando podría estar con ella, salir con los amigos, divertirse, olvidarse del trabajo y dejar de pensar en el futuro. Ana un día harta de la insistencia de su amiga le advirtió que en un futuro le faltaría el dinero, la echarían de su piso y tendría que vivir en la calle, se pondría enferma y no tendría que comer, que se arrepentiría de ser una vaga que no volvería a divertirse. Nerea no hizo caso de la advertencia de Ana y seguía sin trabajar. Al cabo de unos años Ana tenía mucho dinero, pero seguía trabajando y ahorrando para el futuro. Nerea seguía sin trabajar y saliendo con los amigos. Más tarde llegó la crisis y Nerea ya no podía pagar el piso, empezó a vagar por las calles pidiendo, dormía en un banco del parque y apenas tenía para comer, había enfermado pero no tenía dinero suficiente para comprar las medicinas que necesitaba, por las noches lloraba y se lamentaba de no haber trabajado como le había dicho Ana, que casi no había notado la crisis. Un día Nerea llamó a la puerta de Ana y se disculpo por su comportamiento. Ana la dio de comer, le dejó dormir en su casa y la pagó las medicinas. Al recuperarse Nerea, Ana le facilitó un empleo y desde entonces Nerea empezó a trabajar casi tanto como Ana y seguía saliendo con sus amigos de vez en cuando, pero aprendió la lección.
Paula López Nº7

pablo pinilla dijo...

Hansel y Gretel:

Había en un pueblecito de España una familia de trabajadores que tenia 6 hijos , ahora que llegaba la crisis , no tenían dinero para mantener a los 6 , por lo que , después de hablar y discutirlo mucho , decidieron , dar a sus dos últimos hijos en adopción . Los dos últimos hijos , Pepe y Laura de 10 y 9 años respectivamente , fueron dados a una anciana , a la cual los padres no conocían de nada. Al darse cuenta de lo que pasaba , Pepe y su hermana Laura , comenzaron a desconfiar de la anciana , la cual a simple vista parecía una anciana normal simpática como las que tu o cualquier persona ve por las calles caminando y haciendo sus compras , pero de puertas para adentro era una persona totalmente diferente y obligaba a trabajar muy duramente a los hermanos para ella .Los hermanos que eran muy listos , aprendieron a desconfiar de forma muy disimulada de la anciana y una noche mientras dormía , incumplieron una de las muchas normas que les había impuesto la anciana, no entrar nunca, bajo ningún concepto a la sala donde ella se pasaba los días y las noches . Entraron allí y descubrieron el secreto que la anciana albergaba en esa sala . Se trataba de unos maletines repletos de dinero negro. Los niños , conocedores del mal momento económico que atravesaba su familia , tomaron un maletín cada uno y , con ayuda de un taxista volvieron a su casa con sus padres , los cuales los recibieron entre abrazos y lágrimas , y tras reencontrarse con sus hermanos , Pepe y Laura , anunciaron que ya jamás pasarían hambre y enseñaron el contenido de los maletines a sus padres los cuales decidieron llevar a juicio a la anciana por malos tratos , y blanqueo de dinero . El juez dictaminó que por el mal estado de salud de la anciana , no podía ser llevada a la cárcel , por lo que decidió encerrarla en su propia casa bajo vigilancia de una tercera persona y una indemnización a la familia de 50000 euros , con los que los problemas económicos de l familia se acabaron .Montaron un negocio y pudieron vivir en paz y a gusto hasta que los hijos se independizaron.

Ted Mosby(Arturo) dijo...

Caperucita roja


Érase una vez, un lobito que vivía felizmente en casa de su madre. Un día, su madre le pidió que fuese a casa de su abuela para llevarle una medicina, ya que ella estaba enferma. Sin embargo, su madre le advirtió la presencia de un feroz cazador alrededor de su pueblo. Con precaución, Lobito salió de su casa hacia el denso bosque que separaba la casa de su anciana abuela de su propia casa. A medio camino, Lobito comenzó a sentir un miedo atroz a causa de la soledad y silencio del bosque. Pero, lo que Lobito no sabía era que el cazador era un ser muy astuto y, mientras Lobito cruzaba el bosque despacio y cuidadosamente para no encontrarse con el cazador, éste iba raudo y veloz a casa de la abuela lobo. Al llegar a su destino, Lobito notó algo raro, como si el tamaño de su abuela hubiera decrecido. Lobito llegó al lado de su abuela, tendida en la cama, pero sabía que algo iba mal, ya que su abuela era ahora mas pequeña. Pero, al no estar seguro, se acercó a ella y le dijo:

- Abuela, que orejas tan pequeñas tienes. -
- Es para que el sonido se concentre más y poder escucharte mejor -
- ¿Y esa boca tan pequeña? -
- Es que me he quitado la dentadura. Pero lo que si me ha gustado operarme es las manos , ¡míralas!

Al acercarse, Lobito vió unas manos gigantes , por lo que preguntó:

- ¿Para qué esas manos tan grandes abuela?-
- Para poder atraparte con facilidad - dijo el cazador saliendo de la cama.

Al darse cuenta del error que había cometido, Lobito salió corriendo de la casa aunque sabía que, aunque corriera mucho, las balas del cazador correrían más que él. Lobito corría hacia ningún sitio, solo corría hacia cualquier dirección que le pudiera salvar. De repente, oyó un disparo, así que dejó de correr, asumiendo su derrota, su muerte...

Despertó cuatro días después en su casa. Al despertarse oyó una voz, gritaba de alegría. Al poco tiempo se oyeron pasos acelerados e instantes después tenía a dos personas a su alrededor. Una era su madre, la que sonreía al ver desperar a su hijo. A la otra no la reconoció pero era una chica joven, de eso estaba seguro. Se levantó, ahora se sentía como nuevo. Al llegar a la cocina, la extraña le contó lo que había pasado en el bosque. Durante dos horas estuvieron hablando de lo ocurrido. La chica le explicó que se llamaba Caperucita Roja y le relató que a al salir huyendo Lobito, el cazador se enfureció y lo siguió pero, al ver que iba a matar a un lobo inocente, Caperucita, que andaba por allí buscando setas, lo pilló por sorpresa y, tras una pelea encarnizada, consiguió hacerse con la escopeta del cazador y la disparó contra él. Al preguntarle Lobito sobre dónde acabó el cazador, Caperucita se limitó a contestar:

- Adivina lo que vamos a comer hoy-

Anónimo dijo...

Erase una vez un hombre llamado Gep-Eto que cuando era joven tenía mucha ilusión por tener un hijo, así que cuando lo tuvo se alegró inmensamente. Le llamó Pinoso. A medida que fue creciendo, la relación entre padre e hijo se fue estropeando porque Gep-Eto quería que su hijo fuera igual que él y sin embargo, Pinoso era diferente. A Gep-Eto le gustaba el ajedrez, la música clásica y las buenas notas; sin embargo, Pinoso estaba auténticamente obsesionado con los video juegos, sobre todo los violentos y los de peleas. Lo malo es que luego salía a la calle y pretendía hacer lo mismo que sus héroes de los videojuegos y se peleaba todos los días. Como Pinoso quería que su padre le siguiera comprando juegos, le mentía continuamente y cada vez que se iba a pelear por la calle, le contaba que había estado estudiando con sus compañeros. Gep-Eto sabía que era mentira y por eso se desesperaba y prefería no escucharle.
La madre de Pinoso, que se llamaba Pepita Rillo, se dio cuenta de la mala relación que había entre el padre y el hijo. Para intentar solucionarlo intentó convencer a Gep-Eto de que se encariñara con su hijo, pero Gep-Eto no tenía ni tiempo, ya que trabajaba mucho, ni fuerzas porque no sabía como conseguir que su hijo fuera bueno.
Pinoso , como quería que su padre le siguiera comprando juegos, siguió mintiendo diciéndole cosas que pensaba que a su padre le iban a gustar. Eso hizo que Pinoso mintiera y mintiera, cada vez más. Al final, Pinoso le cogió vicio a mentir, sin darse cuenta que cada mentira hacia que “creciera” la distancia entre él y su padre (la distancia parecía la nariz de Pinocho, que “crecía” cuando mentía). Para colmo, el padre, que sabía que Pinoso mentía, dejó de comprarle juegos. Eso hizo que Pinoso se enfadara y que cada día hablara menos con su familia. Parecía como si quisiera olvidarse del mundo y vivir bajo una concha en el fondo del mar o como si estuviera en el estómago de una ballena.
Pepita Rillo seguía intentando que Pinoso y Gep-Eto se llevaran bien pero no había manera. Un día consiguió, tras una larga discusión, abrirle los ojos a Gep-Eto y que se diera cuenta de la mala relación que había entre él y su hijo. Gep-Eto, finalmente reaccionó y gracias a la insistencia de Pepita Rillo, decidió aceptar a su hijo tal y como era. Al cabo de cierto tiempo se dio cuenta que su hijo, a pesar de que le gustaban los videojuegos y salir con sus amigos, era un chico magnífico con un enorme corazón. Pinoso fue haciéndose poco a poco un hombrecillo muy responsable y a pesar de ser diferente a su padre, la relación entre los dos se hizo tan fuerte como la madera de un árbol.
JAIME ROMERO 3ºESO B Nº18

Javii dijo...

Blancanieves era una top model que vivía en Milán y desfilaba por todas la grandes pasarelas. Tenía 19 años, tenía una piel muy clarita, un pelo entre rubio y moreno y ojos azules.
Poco a poco Blancanieves fue destronando a la que hasta ahora era la mejor modelo, Inés. Poco tiempo después Inés intentó arruinar una de las pasarelas de Blancanieves. No lo consiguió y lo que hizo fue taparse la cara y amenazarla. Blancanieves huyó a Paris en un vuelo comercial sin escalas. En el aeropuerto de Paris conoció a Christophe Leveque, un actor francés conocido como “Cris”. Al cabo de un tiempo empezaron a salir. Un mediodía él invitó a Blancanieves a comer en el restaurante de la torre Eiffel. Antes de pedir el postre él la pidió matrimonio, pero ella le dijo que era muy joven y que todavía no quería casarse. Cris se tiró al momento de la torre Eiffel y murió en el acto. Ella para olvidar lo ocurrido se fue a Nueva York. El vuelo de “Air France” saldría a la 20:00 del aeropuerto de Paris-Orly, pero salió a las 21:35. Cuando el avión llevaba una hora y media sobre el Océano Atlántico saltó Inés con una pistola corriendo hacia la cabina de pilotos y se encerró con el piloto y el copiloto. El vuelo continuaba hacia Nueva York, pero habían saltado todas las alarmas del avión y Estados Unidos estaba alerta sobre un secuestro en un avión de la compañía “Air France”. Cuatro horas más tarde Inés ve que la van a detener y dispara un cargador a uno de los cuatro motores. El motor explotó y el avión cayó al mar. Un tiburón se comió a Inés, mientras que Blancanieves se salvó tirándose por una rampa inflable.
Blancanieves dejó de desfilar y a los ocho años se casó con un militar de los que les salvaron.

Javier García nº4 3ºb

MECE dijo...

Erase una vez tres hermanos; Paco, Jhonatan y Eusebio. Los tres hermanos vivían en una pequeña isla al norte de Australia. Paco, el mayor, tiene dinero pero es muy vago. Jhonatan es el más pequeño de los tres, vive en la pobreza y se esfuerza por tener un buen trabajo, cosa que no consigue. Eusebio, el mediano, no tiene mucho dinero y lo que tiene lo consigue trabajando mucho y muy duro.

Una mañana en la radio dieron la noticia de que en los próximos días un huracán de gran escala chocaría contra la isla y que lo mejor para sobrevivir era irse de la isla o ponerse a cubierto. Al saber esto, los tres hermanos se pusieron manos a la obra para constuirse unos buenos refugios, pues no tienen dinero suficiente para irse de la isla, dado que la única forma de salir es en avión. Eusebio les rogó que se esforzaran en realizar una casa muy resistente y que no dejaran para el último día los preparativos sin escatimar y recursos en su construcción

Jhonatan que no dispone de mucho dinero, no puede gastar mucho, se construye una bonita casa de cañas de bambú, sin embargo muy débil para aguantar un huracán. Paco que no posee mucho dinero, llevado de la pereza sólo hace su casa con muchos detalles y con muchos grabados pedidos por encargo, lo malo es que tampoco es buena para resguardarse de un huracán.

Eusebio consiguió una cantidad de dinero y se puso manos a la obra construyéndose una casa muy resistente hecha de ladrillos y cemento. Esta casa era la única que podría resistir al potente huracán que se aproximaba a gran velocidad.

El primero en sufrir el ataque del huracán fue Jhonatan y su casa, al ser de cañas de bambú, fue destrozada y tuvo que huir a casa de su hermano Paco. Paco estaba sentado en un sofá cuando de repente llegó su hermano, diciéndole que su casa estaba hecha añicos y que necesitaba su ayuda. Paco le dejó entrar y le dio una taza de café, pero al cabo de una hora el huracán atacó la casa de madera, que como la anterior, también quedo destrozada. Los dos hermanos consiguieron escapar por los pelos y decidieron ir a pedir ayuda a su hermano mediano, Eusebio.

Eusebio les recibió con los brazos abiertos y les dijo que había avisado de que si no se esforzaban en la construcción de una vivienda resistente, el huracán arrasaría sus casa.

A la hora y aproximadamente, el huracán choco contra la casa de Eusebio. Cuando el huracán se fue, la casa estaba intacta: ni un ladrillo se había caido, y los tres hermanos estaban sin siquiera un rasguño alguno y felices de estar juntos.

Eusebio les ofreció quedarse a vivir en esa nueva casa, capaz de resistir los nuevos huracanes que viniera.

Al final los dos hermanos aprendieron la lección y la utilizaron para el resto de sus vidas.


Los Tres Cerditos (adaptación)

Jose D dijo...

Érase una vez tres hermanos que heredaron tres enormes parcelas en el campo. Decidieron repartírselas y construir cada uno su casa para los fines de semana. Construyeron sus casas según sus posibilidades económicas: el menor, en paro, no hizo más que una pequeña pero acogedora cabaña de madera con jardín. El mediano, decidió, con su sueldo de pequeño empresario, construir un chalet con garaje y jardín. El hermano mayor, que poseía siete grandes y ricas multinacionales, construyó una mansión de cuatro pisos, sótano para cuarenta coches, dos piscinas y diez jardines con un lago.
A fin de mes, apareció por la zona un perturbado mental. Llegó a la cabaña del primer hermano y se coló por la puerta. Se encontraron y le dijo:
-¡Dame tu nuevo sueldo!
-Ja, ja, ja. Te lo daría, pero no tengo
Entonces, le dejó en paz y se fue a por el hermano mediano. Se coló por la ventana y repitió:
-¡Dame tu nuevo sueldo!
-¡Vale, pero no me dispares!
-¡Mua, ja, ja, ja, qué malo soy!
Y, con un sueldo de pequeño empresario en el bolsillo, se intentó colar por la ventilación del hermano mayor, pero le capturó la empresa de seguridad y lo llevó a juicio, donde estuvo de uno a otro varios años más.
Así se demostró que si tienes algo de dinero lo mejor es tener una empresa de seguridad.
José David Maestro nº 8

Fran dijo...

Había una vez, en un pequeño pueblo de cuyo nombre no puedo (ni quiero) acordarme, tres hermanos obreros. El mayor no era más que el que daba las ideas; el mediano creaba los planos; y el menor era el que debía construirlo todo.
Un día, paseando, encontraron un solar vacío, y el mayor propuso construir una casa.
- ¡Ni hablar!- replicó el menor- Ya sé que exagero, pero esta vez no haré todo el trabajo sucio
- Entonces construyamos cada uno su propia casa, así nadie tendrá que trabajar para otro- dijo el mediano.
- Vale- respondieron los otros dos.
Y así empezaron:
El mayor no había ahorrado nada porque su contribución en las obras era pésima, así que con lo que pudo compró materiales baratos y se hizo una casa que se caía a pedazos
El mediano tuvo el dinero suficiente para crearse una enorme mansión de cuatro plantas y doscientas habitaciones.
El pequeño se hizo una humilde casa con el dinero que tenía (lo curioso es que se parecía a la de los tres cerditos).
Meses más tarde pasó un empresario que quería el solar para hacerlo un centro comercial, pero como vio que estaban las tres casas, decidió echar a los inquilinos y así tener el espacio libre.
Llamó a la primera casa golpeando la puerta, y esta se cayó. Cuando el hermano le vio, preguntó:
-¿Qué quiere?
-Tengo una orden de desalojo por construcción sin licencia en este lugar, tiene 24 horas para desalojarlo.- respondió el empresario
Así que cogió lo que tenía y se fue a vivir ''temporalmente'' con su hermano mediano.
Al mismo tiempo, el empresario llamó a la segunda puerta.
-¿Sí?-contestó el mediano mientras habría la puerta.
-Vengo con una orden de desalojo por construir un edificio que no está de acuerdo con los planes de urbanismo Tiene 48 horas para desalojarlo o será arrestado.- contestó el empresario.
Al final tuvieron que vivir con su hermano menor.
Y entonces, cuando el empresario se fue a llamar a la última puerta, unos polis le detuvieron antes de que pudiera hacerlo.
-Dos, uno…-contó el menor, abriendo la puerta y viendo cómo esposaban al empresario-¿Lo veis? ya os dije que era uno de los empresarios que contrataba a empleados sin licencia.
-¿Y cómo lo supiste?-preguntaron sus hermanos.
-Porque nos contrató para hacer el último edificio.-contestó.
-Ah-dijeron los hermanos, asombrados.

Y así, los tres cerditos…, quiero decir, los tres obreros, vivieron en esa casa mucho tiempo. Y ese día, como estaban felices, comieron perdices.

betico dijo...

Blancanieves era una chica muy mala que odiaba a su hermanastra porque era reina. Su hermanastra la quería mucho pero Blancanieves siempre la había tenido envidia. El día del cumpleaños de la hermanastra de Blancanieves , Blancanieves decidió dejarla en ridículo manchando su precioso vestido con un jarrón de leche. La hermanastra estaba muy contenta ese día porque era su cumpleaños y estaba comiendo con los invitados cuando Blancanieves se le acercó disfrazada de árbol y le tiro la jarra de leche. La hermanastra se hechó a llorar y los guardias que estaban allí fueron tras la supuesta ardilla cuando la cogieron la desenmascararon y la llevaron a su hermanastra su hermanastra le dijo que se la llevaran a las mazmorras un tiempo para que aprendiera la lección y no volviera a ser mala con ella el cumpleaños se arreglo y todos comieron perdices y vivieron felices

Oscin2 dijo...

“Los tres hermanos”
Tres hermanos, estando viviendo aún en casa con su madre viuda, tuvieron que a tomar una gran decisión: ¿qué estudiarían? El primero y más fuerte, llamado Raúl, decidió dejar los estudios e irse a trabajar a la construcción con sus amigos. Su hermana Celestina, aunque era un poco vaga, decidió seguir estudiando hasta terminar el Bachillerato, pero, cuando ya estaba terminando el último curso de Bachillerato, consiguió un trabajo en una empresa en la que hacían coches, y se quedó en ella, sin hacer ninguna carrera. La tercera, Inés, que era sin duda la más lista de los tres, siguió con todos sus estudios e hizo una ingeniería aeronáutica. Diez años después despidieron a Raúl, el de la construcción, que fue al paro y necesitó ayuda de su hermana Celestina, la que trabajaba en la empresa de coches, a la que pronto despidieron también, Inés siguió trabajando hasta su jubilación y ayudó a sus hermanos a que pudieran hacer alguna carrera para conseguir trabajo.


Óscar Sanz Rillo nº 20

Anónimo dijo...

Iñigo Muñoz López-Ceròn
Era se una vez un niño llamado Pedro . Era muy poco responsable , pues no estudiaba para los exámenes . Una noche , tras darse cuenta que no se sabia el examen del día siguiente, decidió fingir que estaba enfermo, y se lo dijo a su padre , este le creyó ;y le dijo que no fuese al colegio al día siguiente y que le llevarían al medico , y así fue.
Pedro al ver que había sido tan fácil librarse del examen , cada vez que tenia uno se hacía el enfermo y luego se reía con sus amigos en el colegio de lo ingenuos que eran sus padres.
Después de muchas mentiras y engaños , un día le comenzó a doler de verdad , pero su padre que ya se había percatado de la situación , de su estrategia, decidió no llevarlo al médico.
Lo que comenzó siendo una apendicitis pasó a ser una peritonitis y , sus padres con Pedro ya llorando, se lo llevaron al hospital, pero ya era demasiado tarde, falleció.
(Adaptación ``Pedro y el lobo´´)

Álvaro dijo...

Érase una vez tres hermanos empresarios. El primero se llamaba Reovigildo, el segundo Gediberto y el tercero Ambrosio.

Ambrosio era gestor de la O.N.G. de Urdangarín. Gediberto era criador de gamusinos y unicornios. Reovigildo era organizador de las olimpiadas mundiales de quiditch.

Cada uno de ellos debía comprarse un edificio para ser utilizado como sede central de su empresa. Ambrosio, para ahorrar en gastos, se compró es bar de Moes y no lo reparó. Gediberto se compró el palacio de la Moncloa. Reovigildo se compró dos de las Torres Kio.

Un día, un feroz inspector de hacienda se propuso hacer una revisión a cada uno de los establecimientos. El bar de Moes estaba en estado de putrefacción, por tanto, le cerraron el local. Cuando el inspector llegó a la Moncloa encontró a una familia de ratas y también le cerraron el local. Ambrosio y Gediberto le pidieron a su hermano que les refugiara hasta encontrar otro nuevo local. Cuando el inspector llegó a las Torres Kio se quedó tan asombrado que sopló y sopló pero no pudo encontrar la más mínim mota de polvo.

Reovigildo les dio trabajo a los dos hermanos y compró las otras dos Torres Kio. El inspector, tras ver su fracaso, se jubiló con cuarenta y tres años y al cabo de un mes de su jubilación se suicidó por lo poco que tenía para vivir.





Álvaro Martín Torbado
3 º B / N º 9
2011/2012